Slow travel: de qué trata y cómo aplicarlo

En una sociedad donde todo se mueve tan deprisa, donde el afán es quien dirige nuestros comportamientos y en ocasiones –o la mayoría- nos genera tanto estrés, que sin darnos cuenta se traduce en enfermedades, problemas mentales o simplemente no nos permite disfrutar de nuestra vida en total armonía; vivir en calma y despacio, es un acto revolucionario de amor propio.

Esto aplica para comer, trabajar, caminar, conversar con la familia o amigos y hasta viajar. Porque los viajes no se quedan atrás en este tema de continuo y acelerado movimiento del que muchos hemos sido víctimas.

Ahora, en cualquier viaje se pretende conocer en poco tiempo muchos lugares. Lugares que enlistamos de acuerdo a las recomendaciones de los influencers en las redes sociales o que encontramos en los blogs o libros de viajes. Corremos de un lugar a otro para poder alcanzar a hacer de todo “un poco” y no es solo eso, es el hecho de llegar a “x” lugar y no disfrutarlo con calma porque preferimos tomarnos fotos, sentarnos frente a una pantalla y permitir que nuestra atención se distraiga en algo más que lo verdaderamente importante.

De hecho, todo esto no está mal, pues es la forma en la que muchos prefieren gastar su tiempo. Pero en Lápiz Viajero, vemos las cosas diferentes y por eso decidimos escribir estas líneas por si inspiran a alguien.

Fotografía por @asadphotography

¿De dónde surge la idea de “slow travel”?

Este concepto surge en Italia en los años ochenta, específicamente en Roma cuando una compañía de fast food norteamericana llegó a este país. A partir de allí, algunos cambios en los hábitos alimenticios se instalaron en la población, pero no solo era el tema de la comida, sino que también empezaban a modificarse hábitos en la vida diaria de los italianos.

En respuesta a ello, un grupo de amigos del sector crearon el movimiento “slow food”, que hoy por hoy, todavía defienden en el sector gastronómico y social. Sus bases son el respeto a la comida y comercio local, a la producción artesanal, al dedicar tiempo de saborear y disfrutar la comida, a sentarse en la mesa con la familia o amigos a deleitarse un vino especial del lugar, sin distracción alguna.

Así mismo, este movimiento ha traspasado a otros sectores como la moda con el “slow fashion”, también en la educación, agricultura y el que nos interesa aquí: en el turismo conocido mejor como “slow travel” o también conocido como “viajar lento” en donde hay una perspectiva diferente frente a los lugares que se visitan y la forma de habitarlos y conocerlos.

Además de eso, el Slow travel, también convoca a un turismo más responsable y sostenible a nivel mundial. Donde se defienda el cuidado del medio ambiente, se conserve lo local y tradicional, y se piense en futuras generaciones que también deberían tener la oportunidad de disfrutar los mismos recursos y territorios que hoy se visitan.

Fotografía por: @Anheuserbush

Ciudades que le apuestan al “slow travel”

Aunque tú no lo creas, existen diferentes ciudades que son oficialmente destinos “slow” y puedes estar pensando que son lugares silenciosos, sin nada que hacer, no se ve una sola persona a quien hablarle en el vecindario o incluso que está desactualizada en materia de tecnología. Al contrario, son ciudades no para desconectarse, sino para conectarse con lo local, lo que le pertenece a la comunidad y es así, como se convierten en destinos muy atractivos tanto para los turistas como para los locales que disfrutan los planes diferentes.  

Estos lugares cuentan con sus propias fiestas, eventos totalmente creativos. Donde la comunidad crea espacios para promover lo artesanal, como son los mercados de productores locales, o en Medellín los conocemos como los “mercados campesinos”, también estos destinos resaltan y apoyan los deportes que la mayoría de ciudadanos disfruta al igual que, defienden el hecho de compartir tiempo de calidad en familia o con amigos.

Esta red se conoce como cittaslow y son más de 200 ciudades en 30 diferentes país y territorios, quienes deben cumplir ciertos lineamientos en temas de medio ambiente, saneamiento básico, gastronomía local, energía renovable, arquitectura tradicional y educación pensada para cada uno de los ciudadanos.

En Colombia, tenemos la fortuna de contar con uno de estos destinos, incluso es el único en Latinoamérica. El nombre de este municipio es Pijao y está ubicada en el Quindío. Un sitio poco explorado y visitado en el eje cafetero a 1.700 metros sobre el nivel del mar.

Les dejamos un pequeño reportaje que hicieron de este municipio.

¿Cómo ser “slow” en nuestros viajes?

Nosotros somos fieles creyentes en hacer las cosas diferentes y si bien hay muchas formas de viajar, cada uno debería tener la libertad de decidir cómo hacerlo. Esto más allá de seguir en lo personal unos lineamientos de cómo viajar, se trata de una responsabilidad propia que hay que asumir y de hacerlo también a nuestra manera.

A donde quiera que vayamos, que viajemos, cualquiera que sea nuestra razón de movernos, debemos verlo como una experiencia personal, donde si estamos dedicando tiempo, energía, atención y hasta dinero a algo, debemos ser conscientes de eso y de verdad, sumergirnos en toda esa aventura que implica conocer nuevos lugares.

Para nosotros, no hay más satisfactorio que viajar con todos nuestros sentidos encendidos, de apropiarnos del lugar al que estamos visitando y, sobre todo, deleitarnos hasta con los más pequeños detalles que se nos pueden presentar en el camino.

Podemos decir, que el “slow travel” es una experiencia más completa porque vas a tu propio ritmo, redescubres rincones auténticos, pruebas sabores originales y te das la oportunidad de conocer a seres humanos reales.

Leímos una vez por ahí que: “Permítete ser el dueño de tus decisiones al viajar”.

Fotografía por: @flacmosk8

Tips finales para hacer Slow travel

✦En lo posible, quédate un par de días más fuera del fin de semana a ese lugar al que vas a viajar. De esta forma, te permitirás bajar el ritmo para poder disfrutar con más tiempo y sin tantas preocupaciones. Libérate de la presión de correr y de querer abarcar todo. En caso de solo tener el fin de semana, no te apresures en querer verlo todo. Aprovecha el tiempo al máximo pero con calma.

✦Conecta más con lugares naturales porque allí hay verdadera paz de la que puedes inspirarte y ella misma te enseña muchas cosas: a dejarte fluir como el agua del río, a reposar en silencio como la roca que está en la tierra, a viajar liviano como la hoja que cae lentamente del árbol y a aprovechar los recursos que la misma tierra nos da como frutas y vegetales.

✦Permítete caminar sin mapa o celular en la mano. Descubre por sí solo sus calles, sus restaurantes, sus rincones. Haz de cuenta que no existe el internet y permítete conectar mejor con las personas y los locales que habitan allí. (Interactúa con la comunidad)

¿Y tú qué prefieres? ¿Viajar lento o no espabilar en tus viajes por querer conocerlo todo? Te leemos en los comentarios 👀

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