La cotidianidad de saber(se) observar.

cotidianidad y cometas

¿Me permites hablarte de la cotidianidad en mi intento de no dejarla escapar?

Es martes. La tarde está cayendo y escribo acostada en el pasto, mirando el cielo que promete una noche en calma y despejada. Veo pasar un avión en su lejanía, intentando ser pájaro o estrella. Veo también cómo se elevan cometas, dispuestas a ganar la lucha contra el viento que a estas horas se precipita. 

Llegué a este lugar para calmar las ansias de ver nuevos rostros, rostros que se estremecen de carcajadas y ríen de gozo. Otros pasan cabizbajos, como distraídos, como aperezados. Yo solo me dedico a observar y a escribir.

La luna se está asomando tímida y yo cada vez más dispuesta a dejar por escrito todo lo que está pasando a mi alrededor. Me cuestiono qué tiene de asombroso el querer detenerse a observar y apreciar algo que ocurre ante nuestros ojos y que es visto como “simple y cotidiano.”

Cotidianidad en los cielos
Cometas en el cielo de Medellín -2019

¿De qué se trata la cotidianidad?

En mi opinión, no es más que un término para expresar lo que vemos con frecuencia y es “común y corriente”.

Del latín quotidianus, cotidiano es un adjetivo que hace referencia a algo diario, habitual o frecuente.

Julián Pérez Porto y Ana Gardey

Común y corriente. Dos términos. Una expresión. Pero todo un mundo al que prestarle atención. 

Lo divertido no es su significado, cómo se escribe o qué transmite al pronunciarlo. Lo encantador de esto es cuando nos dejamos llevar por la consciencia absoluta de lo que nos rodea y de lo que somos víctimas de tiempo completo: la rutina. 

Se preguntaran ¿a dónde voy con todo esto?

He sido cómplice del afán qué traen los días expuestos a una rutina y que si bien son agotadores, también son tiempo perdido. 

Hoy comparto este tema con ustedes, porque en mi timidez pretendo que las personas observen más, se detengan con frecuencia, sean conscientes y vivan más.

cotidianidad y Medellín
Parques del río – Medellín

Te propongo algo…

Deja a un lado el celular o computador en el que estás leyendo esto y sé consciente de dos cosas:

  1. Observa lo que tienes enfrente, ¿Qué ves de nuevo en ese objeto o persona? Inténtalo, así sea un color, la forma en la que está expuesto o cómo viste hoy. 
  2. ¿Qué crees que has dejado escapar a simple vista el día hoy? que si te detuvieras a observarlo o al menos prestarle atención, empiezas a valorar más las cosas que pasan delante de tus ojos. 
  • Este fue uno de los resultados que tuve con uno de estos ejercicios:

En mi casa, es frecuente cruzarme con una palmera que hace las veces de guardián inmóvil que respira, vive pero no habla y no me percato casi nunca por su color o su textura, pero el día de hoy lo hice. Me detuve ante sus hojas, detallé su brillo y ahora reconocía lo grande que estaba, lo agradecida que era día tras día con el agua que le rociaba mi padre y además noté el brote de una hoja nueva como exclamación del nacimiento de una nueva vida que nos iba a acompañar por mucho más tiempo.

Hoy también estoy escribiendo estas palabras desde un parque, en el que a simple vista, no está sucediendo nada. Pero que si me doy la oportunidad de observar, hay personas besándose, otras en círculo festejando y otras volando comentas como si de un concurso se tratase.

¿Volamos cometas?

Pienso en esto porque es lo que veo: siluetas que a lo lejos pintaban las cometas y colores que danzaban desde el cielo.

En ese instante, solo pasaban por mi mente una gran cantidad de niños corriendo, disfrutando de lanzar su cometa e intentando luchar contra el viento y las hojas de los árboles que se cruzaban en su camino. 

Cotidianidad en el vuelo
¿Volamos juntos?

Concentrada en mi lápiz y papel, retomé la vista hacia una cometa que jugaba en las alturas con el cielo. Me llamó la atención quién podría ser tan valiente de volar una cometa a esa altura y manipularla como una marioneta en plena función.

Para mi sorpresa, no veía a ningún niño saltando y sonriéndole a su cometa en la lejanía, por un momento había pensado que eran sus padres, quienes dispuestos a enseñarles estaban volando estas figuras en un primer instante. 

Yo seguí en mi búsqueda para encontrar pequeñas criaturas, pero no. Esta fue la primera sorpresa que me llevé: eran los adultos quienes estaban piloteando esas cometas.

Y lo hacían con destreza, sin descuidar ningún movimiento y sobre todo, haciéndolo con paciencia.

Me quedé pensativa, pero me había gustado lo que mis ojos estaban presenciando: Ante la inocencia de un juego, cualquiera puede hacerlo. Y todo lo que acontece es digno de admirar.

adultos en la cotidianidad
Adultos volando cometas.

Tres cosas se quedaron en mí: 

  • Permitirme observar con cuidado lo que sucede a mi alrededor, es una herramienta de aprendizaje muy poderosa.
  • Hagamos eso que nos gusta aunque haya quienes lo tilden de infantil, anticuado o pasado de moda.
  • En lo simple está el encanto y nos queda un mundo entero para escribir sobre esto.

Vamos a hacerlo lento…

¿Suena comprometedor, verdad?

Porque cuando hablamos de cotidianidad, estamos haciendo referencia a ir más lento. La calma siempre será su mejor aliada en complemento al proceso de la observación.

Alejandra Pizarnik
«Tiene algo que admiro profundamente: un interés por todas las cosas, un vivir a fondo todo lo que le sucede». Diarios – Alejandra Pizarnik

Ahora, todo el mundo está en guerra contra el tiempo, desafiando sus garras, intentando encontrar respuestas en un círculo que puede llegar a ser tan vicioso como son las horas que perdemos día tras día.

El afán de vivir o mejor dicho, de cumplir con lo que se nos obliga a hacer, nos desconecta por completo de la realidad que habitamos.

Qué bueno sería qué todos tuviéramos la im(prudencia) de la espontaneidad. La consciencia de lo inmediato. 
La certeza de qué no hay nada más importante qué este instante. (…)

@Grelabravo

Es por ello, que un tiempo atrás me lo propuse:

Si voy a caminar, lo haré lento, para darme cuenta del paisaje que me puedo estar perdiendo. Cuando decida crecer, lo haré lento, para disfrutar más el proceso. Cuando decida observar, escuchar, sentir, lo haré lento, solo de esta forma encontraré la inspiración qué necesito y querré hasta repetir este momento.

cotidianidad en Medellín

Antes de cerrar, quiero recomendarte:

  1. Dedicar al menos 2 horas por semanas a ir a un lugar que no conoces de la ciudad, sumergirte en él, dejándote invadir por todos sus olores, sus personas que lo habitan y objetos que permanecen allí. Habita en la cotidianidad sin miedo. Escríbelo si deseas.
  2. Cuando estés en un lugar que consideres que hace parte de la “cotidianidad” o al qué frecuentes mucho, observa su entorno e identifica al menos una cosa que esté pasando diferente. Pregúntate ¿Qué lo hace diferente?
  3. Camina con frecuencia para que tus ojos estén más pendientes de la calle y sus personas. Imagínate qué está pasando por la mente de cada una de ellas.

Quiero terminar con este video.

Siéntese tranquilo, despeje su mente por un momento y observe esto, que le doy garantías de que puede ser útil.

Recuerda leer mi primer artículo.

¡Un abrazo!

12 comentarios en “La cotidianidad de saber(se) observar.”

  1. Libardo Giraldo Cardona

    Admiro la belleza de los paisajes y la destreza de quien los describe, con todo concluyo que debemos vivir el presente y muy bien, atento a todo lo que nos rodea para no dejar pasar esos momentos tan importantes en la vida del ser humano. Felicitaciones pedazo de mi vida. El contexto de tus escritos nos deja mucho que meditar…..Con paso firme llegarás muy lejos. MUCHOS ÉXITOS TU PAPA.

    1. Ana María cadavid

      Admirada de lo que emprendes con lápiz viajero!!!! ya que buscas tu felicidad en el camino con lo que vives cada dia y no como un destino final. Quiero en algún momento compartir y vivir alguna de esas aventura contigo . Invitame!!!!!!!!!😍😍😜 un abrazote mi mary

  2. Marcela Cadavid

    Contemplar, disfrutar, agradecer cada instante que nos regala la vida.
    El tiempo vuela y pronto estamos lejos, sin darnos cuenta (así como tus cometas), pasaron años sin darme cuenta y acá estoy deseando haber disfrutado más, aprovechando el tiempo a mi modo.
    Tu artículo me encantó Mariana, no solo es inspiración sino también motivador…. vivir los partidos de fútbol con mi hijo, la música y el canto de Luciana, ver la mirada soñadora de mi valiente Valentina, ella son el motor de mi vida, pero en esta vida tan atareada a veces no contemplo lo que realmente debo contemplar de ellos y de otras personas, hasta de mi misma;Infinitas gracias por este jalón de orejas, lo necesitaba. Un abrazo gigante princesa.

    1. ¡WOW! con todo lo que acabaste de decir, me pusiste los pelos de gallina. ¿Te das cuenta todo lo que tenemos y lo poco que nos detenemos a observarlo?. La vida es eso: pequeños instantes a disfrutar con las personas que más amamos. Gracias por esto, yo también aprendo de ti un montón. ♥

  3. Ana María cadavid

    Increíble y sigo admirada de tus capacidades. Me deleitó porque aprendo y me actualizo con esos lugares turísticos como jrdin ya que no he tenido el.privilegio de conocerlo. Pero me antoje mucho!!!!!

  4. Pingback: Una carta de Medellín a quien la habita - Lápiz Viajero

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